Pasa demasiado tiempo, se cumplen los sueños, sonreímos a las sensaciones, mostramos los sentimientos y otras veces nos intentamos arrepentir de algo que ha pasado o que ni siquiera ha pasado pero que sin embargo deseas...
Un año ha pasado desde que asustada y entre lágrimas veía marchar a mis padres a través de los barrotes de la ventana de mi habitación monjil.. nueve meses me aguardaban. Llegué a pensar incluso que esta iba a ser la peor pesadilla de mi vida, un espanto, que iba querer volverme a casa nada más empezar pero he volcado todo mi espanto en madurez..
Aunque muchos no lo crean sí, he cambiado hacia bien según mi impresión, ya no soy la mocosa que me podría considerar ahora soy una chica nueva, atrevida, lanzada, madura, a la que le sigue costando muchísimo mostrar sus sentimientos, pero la que poco a poco va saliendo de su cascarón, crece exterior e interiormente y recapacita sobre lo que le ha tocado vivir, sufrir, llorar, reír, sobre todo, nueve meses que le han ayudado, doscientos setenta días de alegría, tristeza, agobio, estrés, sonrisas, llantos.
Segovia, Logroño dos destinos que estarán unidos por un tiempo..
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