lunes, 28 de febrero de 2011

¡Qué se pare el mundo que me quiero bajar!

La vida da demasiadas vueltas al igual que el mundo, vueltas y vueltas y más vueltas y nadie se marea, eso el lo curioso. Damos vueltas al café para mezclarlo con el azúcar; cuando nos tomamos un sobre de jarabe; dar vueltas a la comida para que no se pegue, es decir, que damos vueltas para todo; incluso para pensar y es eso precisamente lo que más le gusta al ser humano: el ser con capacidad de razón diferenciado del mundo animal por esa capacidad, la de razonar. Y es esto de lo que quería hablaros, del dulce ser humano...

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