martes, 1 de marzo de 2011

Sólo los ojos conservan tu juventud.


El miedo: ese gran conocido que todos hemos sufrido, sentido o incluso visto alguna vez. 
De pequeños a lo que todos hemos temido era al "coco". algunos lo conocían como un monstruo; otros sin embargo lo veían como un hombrecillo que no nos dejaba dormir pero al fin y al cabo es la imaginación la que nos ha hecho ponerle diferente forma.
A medida que pasa el tiempo le cogemos miedo a otras cosas insignificantes. Todos hemos sentido miedo ante el primer día de guardería,de instituto... pero lo más importante a lo que hemos tenido miedo es al primer día de universidad: EL GRAN CAMBIO. 
Para algunos no es nada importante ya que no han tenido que cambiar su ciudad, sus hábitos, sus amigos... Para mí este cambio ha sido complicadísimo.
Cuando te das cuenta de que esta nueva vida es real te derrumbas completamente y comienzas a pensar: ¿Cómo será mi nueva vida separada de toda la gente a la que quiero? Aún no puedo responder a esa pregunta pero estoy segura de que será una buena y nueva vida que me ayudará a madurar.
Existe otro miedo que para el ser humano es el primordial y más importante; este es el miedo a envejecer.
La dulce infancia.. esa que todos deseamos volver a tener. La inocencia del ser humano apenas sin desarrollar, la gran capacidad de aprendizaje que tiene un infante y esque es eso precisamente lo que se echa en falta a medida del paso del tiempo. Tu cuerpo comienza a entrar en crisis, tu piel cada vez está menos tensa y cuando ves a una persona mayor por la calle te perguntas: ¿Es así cómo voy a terminar verdaderamente? Te da pena, claro que te da pena y esque ese es el ciclo de la vida. Unos se van, otros llegan. Mientras unos disfrutan de su vida al 100%, otros están saboreando un café, algunos miran la televisión sin parpadear a la vez que otros disfrutan de esa última mirada, de ese último abrazo en la estación de tren, de el último suspiro; de ese último y gran paso en la vida junto a los que más quieres. La vida pasa y nadie se da cuenta hasta que poco a poco te sientes más y más y más y más debil... La dulce vida, de la que todos disfrutamos, la que todos subestimamos. Aunque no te des cuenta la vida pasa así que disfruta cada segundo como si fuese el último, consigue todo aquello que deseas por mucho que te cueste valdrá la pena intentarlo y ante todo ¡Saborea cada momento!

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