lunes, 2 de mayo de 2011

Ha pasado tiempo... ¡Tiempo muy valioso!

Llevaba ya tiempo sin escribir pero hoy es el día. El día en el que decido reabrir mi página olvidada y lanzarme al pensamiento. 
Durante este período me ha dado tiempo a pensar, a andar, a correr, incluso a respirar. 
He podido también disfrutar del tiempo perdido, recordar lugares prohibidos, conversar con personas perdidas...
He recapacitado, madurado, incluso evolucionado. Mis deseos ya no son los de esa cría de dos años que lo único que quiere en la vida es conseguir la piruleta de colo rojo del compañero de al lado, ni tampoco la de ese niño de apenas diez añitos que sueña con ser un gran jugador de basket, ni mucho menos son los de ese adolescente que sueña con adivinar su futuro. 
Mis deseos no son sencillos, ni mucho menos claros, creo que son de lo más complejos e indeseables de esos que son difíciles de explicar y desear, de esos que duelen conseguirlos, pensarlos...
Han pasado meses que no han significado tampoco mucho en mi día  a día. Todo sigue igual. 
Sigo viendo las mismas caras, con lo mismos horarios, las mismas pisadas cada día, la mismas vistas cada segundo, las mismas piedras en ese acueducto, los mismo baches en ese camino del autobús.. 
¿Seguirá así por mucho tiempo? Durará, claro que durará. Durará como duramos nosotros, como duran mis deseos: deseos de universitaria que no sabe si tiene dos dedos de frente..

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